¿Playas nudistas?

Estábamos celebrando hace apenas dos semanas el Día sin bañador y ahora nos llega Teófila con una nueva ordenanza que prohibe el nudismo en playas urbanas contemplando sanciones de hasta 750 euros, una prohibición ilegal y totalmente anticonstitucional.


En los últimos días he leído y escuchado de todo al respecto del inesperado revival de la “ley de vagos y desnudantes” (jiji). Dejando a un lado que muchas opiniones, muy respetables por otra parte, me parezcan de lo más retrógrado, lo cierto es que en nuestro ordenamiento jurídico, desde el año 1989 el nudismo es legal, y, por lo tanto un derecho, en cualquier espacio público sin necesidad de autorización.

Es decir, que para acudir a una playa a tomar el sol y bañarme desnuda en el mar, en todo el litoral de nuestro país, no es necesario que nadie me dé permiso, porque es mi derecho el hacerlo, si quiero. Muchos Ayuntamientos que cuentan con playa han habilitado espacios para la práctica del nudismo, que los nudistas respetan porque quieren, no porque estén obligados a ello. No ocurre lo mismo con quienes llevan bañador, que acuden a las zonas nudistas llevando sus trapos sin que nadie les diga nada.

Es la diferencia más clara. El nudista suele ser una persona muy respetuosa con la libertad de las personas. Pero si el nudista acude a cualquier playa en la que la inmensa mayoría lleva bañador y él decide no ponérselo, recordémoslo, está en su derecho.

Tal es el desatino que, a estas alturas de la película, hay ayuntamientos que quieren imponer, o se están planteando imponer normativas que vulneran la ley. Uno de esos Ayuntamientos es el de Cádiz, donde doña Teófila Martínez, alcaldesa del PP, ha tenido la feliz idea de prohibir el nudismo en el litoral urbano. Hasta tal punto hemos llegado que el Ayuntamiento de Telde -también del PP-, en Gran Canaria, se está planteando imponer una normativa contra la práctica del top less en sus playas (?!?).


Al parecer, la excusa de ambos es que las playas urbanas son playas familiares. Quitando la evidente hipocresía que se advierte cada vez que se enarbola el nudismo como atentado contra la familia, la verdad es que si uno se pasea por las playas del litoral hispano más frecuentadas por los nudistas resulta que se ven a muchas familias, niños pequeños, gente joven, gente mayor, de todo, como en botica, y no parece que por practicar nudismo las familias se resientan, por no hablar de lo sano que es tomar el sol en todo el cuerpo y no sólo en algunas partes.

No voy a entrar en disquisiciones tales como que por haber niños pequeños no debería haber adultos desnudos en una playa. Para empezar porque precisamente el imbuir ese pudor enfermizo hacia los cuerpos desnudos en los niños es culpable de más de una tara psicológica que da como resultado adultos con problemas - no quisiera tener que sacar aquí la cantidad de tarados psicológicos que dio como resultado cuarenta años de nazionalcatolicismo.

Así que nada, ¡a las barricadas! Vayamos a la playa y desnudémosnos para tomar el sol. Ya saben, sufre más el que mira, que el que enseña. Y el que enseña está en su derecho de enseñar lo que le dé la gana, donde le dé la gana y cuando le dé la gana.