sábado, 7 de febrero de 2009

Clementine Ford sale del armario


¡Noticas frescas! Clementine Ford, la hija de Cybill Shepherd tanto en la vida real como en The L Word, saldrá del armario en el próximo número de la revista Diva.

Está claro que las diosas han escuchado algunos de vuestros rezos.

Clementine admite, sin embargo, que no está "técnicamente" fuera del armario ya que en su casa nunca se han hecho distinciones basadas en la sexualidad: simplemente ha llevado a casa a su pareja sin importar el sexo, al igual que sus hermanos.

La actriz, hija (tanto en la serie como en la vida real) de Cybill Shepherd, comentó que nunca antes había hablado del asunto porque le parecía lo más natural del mundo y nunca le ha gustado auto etiquetarse pero recientes acontecimientos le han hecho cambiar de opinión: "Nunca he querido ponerme una etiqueta, pero cuando algo como la Proposición 8 es aprobado te das cuenta de que no todo el mundo vive en un ambiente tan liberal y que es importante que des la cara, levantarte, ser tomado en cuenta. Un niño gay en un pueblo pequeño es más importante que si yo quiero etiquetarme o no."

Pero como no todo es concienciación política y también nos gustan los cotilleos, no sé si sabéis que estuvo casada con Chad Todhunter entre 2000 y 2004, desde entonces han estado circulando rumores sobre su orientación sexual, con un montón de gente especulando sobre su relación con una compañera de reparto en The L Word (¡Shane!).

Sobre este asunto, Clementine dice que está con alguien pero que todavía no lo llamaría relación, y lo más interesante: no deja claro qué pasa con Kate Moenning . En concreto dice: "Si hay rumores es que hicimos bien nuestro trabajo –como actrices-. Pero también odio aplastarlos y diga lo que diga todo el mundo opinará lo que quiera. Básicamente somos muy buenas amigas, y la gente puede sacar las conclusiones que desee."

Realmente Clementine es una mujer muy afortunada por tener una madre capaz, no sólo de aceptar normalmente la homosexualidad de su hija, sino también de implicarse en una serie como The L Word e interpretar a una lesbiana.

Pero Clementine tiene una idea del asunto bastante más osada. Al final de la entrevista, Ford estuvo jugando al juego favorito de todas las lesbianas. Proyectar la homosexualidad: "Mamá y Jane -Lynch- tienen una química increible, tanto dentro como fuera de la pantalla. Siguen siendo amigas. Deseo fervientemente que estén juntas, es uno de mis sueños más secretos."

¡Hum! ¿Quizás no sea tan descabellado? ¡Ups, ahora soy yo la que proyecta!

La entrevista completa de Diva llega a los kioscos el 12 de febrero. También podéis verla aquí abajo en This Just Out con Liz Feldman. ¡Es superdivertida!



viernes, 6 de febrero de 2009

Una lesbiana liderará Islandia (II)


Estooo... ¿Johanna Sigurdardottir no se os parece sospechosamente a
me_nora con 40 años más?

¡A mí sí!


miércoles, 4 de febrero de 2009

Una lesbiana liderará Islandia

¿¡Pero qué mierda de titular es éste!?


Os reproduzco parte del texto aparecido en el diario ABC (texto íntegro aquí) el 30/01/09.

La coalición roji-verde designará a Johanna Sigurdardottir como primera ministra provisional hasta que se celebren las elecciones la próxima primavera. Casada con una mujer, y con dos hijos, es una de las políticas más populares.

Islandia podrá convertirse la semana que viene en el país «arcoiris». Y no precisamente porque su colapso económico -que ha sumido en una crisis sin precedentes a la encantada isla del Atlántico Norte- vea la luz tras la «tormenta perfecta», que dijera Putin. Será porque por primera vez en la historia una persona que reconoce abiertamente su condición homosexual tomará las riendas del gobierno de un país, aunque sea de modo provisional y hasta las próximas elecciones parlamentarias, que se celebrarán la próxima primavera.


Con dos hijos de su anterior matrimonio, socialdemócrta, 66 años, casada con una mujer desde 2002, ex azafata de las aerolíneas islandesas Loftleidir, ministra durante ocho años (1987-1994) de Asuntos Sociales, y unas de las políticas más populares de la «Tierra de los Hielos». Ése es el perfil de Johanna Sigurdardottir, quien con probabilidad será designada por la nueva coalición roji-verde (Alianza Socialdemócrata y el hasta ahora partido opositor de la Izquierda-Verde) como nueva primera ministra.

La coalición negociaba ayer los últimos flecos de su pacto tras la dimisión, el pasado lunes, del primer ministro conservador Geir Haarde, quien se vio obligado a dimitir tras los graves disturbios ocasionados en protesta por la crisis económica que derribó el castillo de naipes del que era el sexto Estado más rico del mundo.

Hasta ahora el conservador «Självständighetspartiet» (Partido de la Independencia) había estado ligado siempre al Gobierno desde que esta joven nación se independizase de Dinamarca en 1944.

Me encanta especialmente este párrafo:

Un buen día, sin una pizca de rubor, Sigurdardottir salió abiertamente del armario en el Parlamento: «Soy lesbiana y me voy a casar». Ahora los responsables del protocolo echan humo para ver cómo solventarán algunos contratiempos mientras el país espera el otro «arcoiris», el económico.


Y bueno, en los comentarios (tampoco hay que olvidar qué tipo de personas leen este periódico) encontramos testimonios espeluznantes:

"Sin ánimos de insultar a nadie, pero el lesbianismo y la homosexualidad son nefastos para la sociedad. Obviamente se debe respetar y tratar con caridad a las personas que sufren esos transtornos. Pero la comunidad europea comete errores realmente infantiles, como por ejemplo islandia al otorgarle un pusto público alto a una lesbiana convicta y confesa."


Yo lo flipo.


Para empezar, destacar la orientación sexual de esta señora en el titular es elevar la misma a rango de noticia. Podríamos poner también que un feo lidera un país o que el presidente de otro estado es bajito, en grandes titulares. De hecho, en nuestro país hemos sufrido durante 8 años a uno que tenía las dos cosas y no he visto ningún diario que señalara estos aspectos en sus titulares.

Imagino que este periódico tiene que titular esa noticia así porque si no, al promedio de sus lectores no les llamaría la atención esta noticia: mujer y además lesbiana en el poder en un país desarrollado. ¡Dónde vamos a llegar!

Y por supuesto, no entiendo donde está el problema. Digo yo que estamos de acuerdo en que lo que menos importa es el sexo o la orientación sexual de la señora, sino que consiga sacar a su país de la crísis. Claro, que teniendo en cuenta que el país está al borde de la bancarrota gracias a políticos de sexo masculino y de orientación heterosexual, a lo mejor la cosa tiene su importancia, jijiji...


Para los que no lo saben, Islandia es uno de los países más tolerantes en materia sexual, como demuestra el hecho de que ya en 1940 se anularan todas las leyes que discriminaban a homosexuales. Así que lo que llama la atención fuera de Islandia, el hecho de que una mujer lesbiana asuma la jefatura de Gobierno, no lo es en absoluto en esta isla, donde lo que cuenta es que Sigurdardottir es "la política más respetada y digna de confianza del país", como escribe el diario 'The Huffington Post'.

La explosión de la burbuja financiera ha alimentado su popularidad y muchos islandeses consideran que es la única política que se ocupa del "ciudadano de a pie". En un sondeo realizado el pasado mes de diciembre, el 73 por ciento de los islandeses se mostraron satisfechos con su trabajo al frente del Ministerio de Asuntos Sociales.

El caso es que Islandia cuenta ya con la primera jefa de Gobierno del mundo abiertamente lesbiana y, en general, con la primera persona abiertamente homosexual que dirige un país. Y digo “abiertamente” porque, quién sabe cuántos mandatarios habrán estado o estarán en el armario…

domingo, 11 de enero de 2009

The B Word - Season One

(Se puede ver más grande pinchando sobre la foto)


El domingo que viene -al loro con el contador de la derecha- podremos ver el comienzo de la sexta temporada de The L Word en España, al tiempo que termina la primera de The B Word, por aquí por nuestros lares. Queríamos demostrar que la hipótesis de Alice era buena y la verdad es que la chavala no andaba muy desencaminada.

Se nos quedan recolgando, eso sí, dos nodos sin conexión alguna con el centro principal. Uno de los universos paralelos (Frikibollo-Plumas) es así, tal cual, cerrado. Y no creo que vaya a cambiar en la próxima temporada. En cambio, en el de Mafalda no descartamos cambios en relación con historias del pasado, aún sin revelar.



A lo que iba, el domingo 18 de enero a las 21h veremos el primero de los pocos episodios que compondrán la sexta temporada, dos semanitas más tarde de lo que venía siendo ya habitual en los últimos años. La nueva temporada sólo contará con 8 episodios, en lugar de los 12 o 13 a los que nos tenia acostumbradas Ilene Chaiken, su creadora y productora ejecutiva.

Esto no marca exactamente la desaparición de The L World, ya que la serie acabará pero no lo hará del todo. Recordemos las noticias sobre el spin off de la serie, protagonizado por Alice. Sobre el spin off poco que comentar puesto que la decisión final sobre su salida al aire sigue en manos de la cadena, eso sí, de aprobarse The farm es más que posible que el resto del reparto siga saliendo esporádicamente como invitadas del nuevo proyecto. Algo es algo.

En el primer episodio nos encontramos con que Jenny está muerta. Sí, sí, la Schecter ahogada en la piscina durante una fiesta en casa de Bette y Tina, la sargento Xena llegando a la escena del crimen y las chicas destrozadas. Compartimos las dos teorías de Rogue, de lesbicanarias: 1. que todo sea una broma, sueño, o realidad alternativa. Ya sabéis, que sea una especie de sueño, que en el episodio dos alguien se despierte y diga: ¡No te vas a creer lo que soñé hoy! -tienes toda la razón del mundo, después de Los Serrano ya todo es posible- o 2. que realmente esté muerta y la serie empiece por el final para mantenernos enganchadas a la pantalla durante los restantes 7 capítulos, cómo si para conseguirlo hubiera sido necesario montar la que han montado.

También he leído que habrá un nuevo final para la película de Jenny (Lez Girls), así que ¿las imágenes que hemos visto sobre la muerte de Jenny son ficción o realidad? ¡Ah! Y que Max tiene un pequeño problema médico. No quiero ser gafe, pero recordad que ya se había adelantado que alguien iba a quedarse embarazada...



Hay que joderse con la Jenny. Plagia a Alice la idea para una película, machaca a Max con el tema de su sexualidad, a Tina le hacen responsable de un negativo desaparecido, amenaza a Bette con contar a su una supuesta infidelidad. ¿No es para matarla?

En fin, chicas, que para documentarme en condiciones para hacer este post he encontrado spoilers a tutiplén, así que quien quiera leer casi todo el primer episodio de la serie, no tiene más que darse una vuelta por los foros de Television Withouth Pity y empezar a leer. Aquí va un
enlace destripa-tramas, ideal para las más impacientes.

Haciendo un poco de repaso sabemos que esta sexta temporada tendrá menos capítulos, que volverán a ella personajes como el de Papi y el de Dylan -ya iba siendo hora- y que entre sus nuevas incorporaciones tenemos a la ex-showgirl Elizabeth Berkeley, a Lucy Lawless -alias Xena, la princesa guerrera- y a ese nuevo talento llamado Mei Melancon, que encarnará a una nueva trabajadora social que curra en un refugio para necesitados en el centro de Los Angeles. Y por supuesto Jodie, Tasha, Molly y Dawn Dembo seguirán dando guerra por ahí. Finalmente otro actor al que probablemente habréis visto en Prison Break, Rockmond Dunbar, también aparecerá esta sexta temporada haciendo de Drag Queen, y efectivamente acabará teniendo bastante roce con Kit. ¡Esta tía tiene un imán para las parejitas frikis!

Dicen por ahí que también vuelve Gabby Deveaux, aunque yo no pondría la mano en el fuego, y de quien no he oído nada tampoco es de Lauren Lee Smith (Lara), lo cual me sienta fatal. Bueno, sí.
He leído esta mañana que la tenemos en CSI. ¡Me cambio de serie!

viernes, 9 de enero de 2009

Mi nombre es Harvey Milk


Hoy se estrena en España la película "Mi nombre es Harvey Milk" (Milk), del director Gus Van Sant, sin duda una de las candidatas a mejor película en los próximos Oscars. Como sabéis, Harvey Milk fue el primer hombre gay en lograr un cargo público en los EE.UU. en el año 1977, pero esto no sólo significó lograr un cargo sino significó una victoria para los derechos gays.

Los estudios Focus Features volvieron a apostar por la homosexualidad como argumento para conmover a la audiencia después de la exitosa Brokeback Mountain (2005), que logró tres estatuillas. Una de las bazas del filme es su nivel interpretativo, con un transformado Sean Penn y el respaldo de secundarios como Emile Hirsch (Into the Wild, 2007), Josh Brolin (W., 2008), James Franco (saga de Spider-Man) y Diego Luna (Y tu mamá también, 2001).

La película se estrenó en todos los cines de EEUU el 5 de diciembre, en unos meses marcados por un renacimiento de las campañas por los derechos civiles de los homosexuales, después de que más de la mitad de los californianos votasen en contra de permitir las bodas gays. La historia retoma la épica de la lucha por unos ideales en la que el héroe fallece trágicamente y su figura se convierte en un símbolo social.

Os cuento un poco de qué va la cosa. Al cumplir 40 años, Harvey Milk, un agente de bolsa neoyorquino que vive su homosexualidad en secreto, decide, junto con su novio, mudarse a San Francisco, abrir una tienda y dejar de esconder su gusto por los hombres. Pronto su vida se encamina hacia la política y las circunstancias le llevarán a presentarse a un puesto en la cámara de representantes de distrito del ayuntamiento de San Francisco, un cargo que consigue gracias al respaldo popular en 1977. La muerte le llegó un año después de un disparo efectuado por un ex miembro de la cámara de representantes de San Francisco.

Van Sant tira de ideario y de condición para filmar una gran historia, de esas que sólo se pueden rodar en Estados Unidos, que calará muy hondo en estos tiempos de Obama y del Yes, we can. Una auténtica golosina para Sean Penn, que se asegura medio Óscar con este papel.

La carrera política de Harvey Bernard Milk, concejal del Ayuntamiento de San Francisco entre el 8 de enero y el 27 de noviembre de 1978 (la fecha de su asesinato), fue tan breve como inabarcables resultan los ecos de su legado en la historia del activismo gay: primer político americano abiertamente homosexual, Milk ha inspirado un musical, una ópera y una biografía de referencia -The Mayor of Castro Street, de Randy Shilts- que sirvieron de punto de partida a un documental oscarizado -The Times of Harvey Milk (1984), de Rob Epstein y Richard Schmiechen- y que ya había sido tanteada por Gus Van Sant para una posible adaptación cinematográfica que no vio la luz.

Las diferencias entre esa película nonata y la que ha acabado realizando el mismo director con la complicidad del aquí guionista Dustin Lance Black -y, a su vez, cineasta claramente comprometido con la causa gay- y de un Sean Penn con lujuria de Oscar pertenecen al terreno de la conjetura: quizá podría haber sido una película más agresiva, airada o radical, pero la sombra de esas posibilidades no debería difuminar los méritos de Mi nombre es Harvey Milk, un trabajo que extrae su fuerza precisamente de su capacidad de doblegarse a la convención para lograr sus propósitos. En cierto sentido, Gus Van Sant actúa como el Harvey Milk que utilizó su corte de pelo y su indumentaria -un espejismo de orden- como arma política orientada a captar la benevolencia del votante.

Explotando las posibilidades didácticas del género en el que se inscribe, Mi nombre es Harvey Milk consigue hacer transparente y comprensible un proceso sumamente complicado: la articulación de una reivindicación política en el tejido de una ciudad a partir de la apropiación comunitaria de uno de sus barrios, el trenzado progresivo de un lobby de influencia y la racional infiltración en sus órganos de poder. La película es mucho más que la hagiografía de un activista gay: es toda una lección de política americana y, al mismo tiempo, la crónica de un civilizado juego de estrategia ciudadana cuya meta final es la conquista de libertades colectivas.

Para J. Hoberman, crítico del Village Voice, es la primera película americana abiertamente obamista: una vida ejemplar trazada con los colores de la esperanza y que no hurga en las turbulencias políticas que siguieron al asesinato de Milk y el alcalde George Moscone a manos del ex concejal Dan White. Sean Penn ofrece un intenso recital de contención en la piel de este mártir ciudadano que, pese a su temperamento discreto, supo entender que la política de su país tenía una de sus claves en el sentido del espectáculo.


¡Nos vemos en el cine!