lunes, 28 de febrero de 2011

Los palomos cojos y el alcalde de Badajoz

Yo que iba a poneros content@s con las últimas declaraciones de Obama, otra vez a echarnos las manos a la cabeza con las de Miguel Celdrán, alcalde de Badajoz.
Miguel "Cerdán", cortijero alcalde de Badajoz

Con motivo de la campaña de difusión que se está llevando a cabo estos días en los medios radiofónicos del Carnaval de Badajoz, el pasado jueves, desde el salón de actos de la Facultad de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad de Extremadura (¡la mía!), se emitió el programa "Así son las mañanas" de la cadena COPE.

El programa, presentado por Ernesto Sáenz de Buruaga, se emitía con carácter estatal. En un momento de la conversación, Miguel Celdrán lanzó al aire unas duras acusaciones homófobas, haciendo alusión a la homofobia de los extremeños, a raíz de la conversación mantenida entre Sáenz de Buruaga y el alcalde acerca de la afición de este último por la cría del palomo. El periodista Luis del Val le pregunta con toda la intención: “¿Y palomos cojos hay muchos?” y Celdrán entra al trapo presumiendo de que en Extremadura a los “palomos cojos” simplemente “los echan pa otro lao”.

A él si que habría que echarlo "pa otro lao"...

Podéis escuchar las palabras de Celdrán en el correspondiente corte del programa, colgado en la web de la cadena COPE (minuto 9:30).

También en el Intermedio(afortunadamente, Wyoming consigue sacarnos alguna sonrisita...)


miércoles, 23 de febrero de 2011

Malawi reforma su código penal para castigar expresamente la homosexualidad femenina


Hago eco de esta noticia que publicaba esta mañana DosManzanas.


Parece que Malawi, pequeño país que hace unos meses se situó en la cresta de la ola homófoba que recorre África, no quiere perder esa triste posición. El presidente del país, Bingu wa Mutharika, acaba de promulgar una reforma de su Código Penal para castigar con penas de hasta cinco años de cárcel las relaciones homosexuales femeninas, que hasta ahora no eran consideradas delito.

La modificación legal, aprobada a finales de 2010 por el Parlamento de Malawi, habría sido promovida -y no es una broma macabra- para poner punto final a la “discriminación” que suponía que solo las relaciones homosexuales masculinas estuvieran castigadas. Malawi se convierte así en uno de los pocos países africanos que, a diferencia de lo que sucede con los varones, criminalizan explícitamente la homosexualidad femenina, considerada una “importación occidental”.

Muy fuerte.